Volkswagen y su declive: Tesla y el dilema del innovador
La disrupción en la industria automotriz europea
En los últimos meses, la situación de Volkswagen ha captado la atención de la industria automotriz y la comunidad inversora de toda Europa. La noticia de que la compañía cerrará varias de sus fábricas por primera vez en más de 80 años ha generado preocupación, especialmente porque Volkswagen ha sido una pieza clave en la economía europea. Este cierre, impulsado por la sobreproducción y la caída de ventas en mercados clave como el chino, señala un problema más profundo: la incapacidad de la empresa para adaptarse a una industria cada vez más dominada por la innovación y la disrupción.
A medida que competidores como Tesla ganan terreno gracias a su enfoque en el cliente y la mejora continua de procesos, Volkswagen se enfrenta a un desafío existencial. En este artículo, exploraremos los factores detrás de su declive, la relevancia del dilema del innovador, y cómo la falta de agilidad para reinventarse podría estar condenando a este gigante europeo.
El impacto del cierre de fábricas de Volkswagen en la industria automotriz europea
El anuncio de Volkswagen de cerrar varias de sus fábricas no solo es un golpe para la compañía, sino también para la economía europea. La marca alemana, durante décadas, ha sido sinónimo de estabilidad y crecimiento en la industria automotriz, especialmente en Alemania, donde su éxito ha tenido un efecto multiplicador en toda la región. Este cierre responde a la sobreproducción debido a la caída de ventas en China, lo que representa un problema significativo para la empresa: alrededor de 500.000 vehículos que Volkswagen esperaba vender en el mercado.
El impacto de esta decisión no se limita a Volkswagen, sino que afecta a la economía europea en general, dado que la empresa es uno de los principales motores industriales en Alemania. Existe una frase que dice: "Si Alemania se constipa, Europa tiene gripe". Esta frase refleja cómo el desempeño económico de Alemania, impulsado en gran parte por su sector automotriz, tiene implicaciones profundas para el resto de la Unión Europea.
El dilema del innovador: Cómo Volkswagen perdió terreno frente a Tesla
Uno de los conceptos clave para entender el declive de Volkswagen es el dilema del innovador. Este término, popularizado por Clayton Christensen, describe cómo las empresas líderes en un mercado suelen ser las primeras en perder terreno cuando surge una nueva tecnología o modelo de negocio. Esto se debe a que las grandes empresas, al enfocarse en mejorar productos y servicios para sus clientes existentes, a menudo ignoran las innovaciones disruptivas que inicialmente no parecen relevantes o rentables.
Volkswagen parece estar atrapada en este dilema. Durante décadas, ha dominado el mercado de vehículos de combustión interna, pero la transición a los vehículos eléctricos y la digitalización de la industria han puesto a prueba su capacidad de adaptación. Mientras que competidores como Tesla han apostado por la innovación disruptiva, enfocándose en el desarrollo de vehículos eléctricos con un fuerte componente tecnológico, Volkswagen ha seguido un camino más conservador, centrado en mejoras incrementales y no en una verdadera reinvención.
En un entorno cada vez más competitivo y regulado, la falta de agilidad de Volkswagen para adoptar nuevas tecnologías y transformar su modelo de negocio ha permitido que empresas más jóvenes y ágiles ganen terreno. El dilema del innovador afecta a Volkswagen porque sus esfuerzos por proteger su negocio tradicional le impiden avanzar con rapidez en áreas clave como la electrificación, la conducción autónoma y la conectividad, donde otras marcas están liderando.
Comparación de eficiencia operativa entre Tesla, Volkswagen y Toyota
Para entender mejor la situación de Volkswagen, es importante compararla con otros gigantes de la industria automotriz, tanto tradicionales como disruptivos. Uno de los puntos clave que afecta la competitividad de Volkswagen frente a marcas como Tesla o Toyota es su eficiencia operativa.
Juan Francisco Calero "Carwow", una referencia en el análisis del sector automotriz en España, menciona en uno de sus vídeos que Volkswagen produce alrededor de 13 vehículos por cada trabajador. Esta cifra, aunque positiva a simple vista, queda muy por detrás de competidores como Toyota que producen 30 vehículos por trabajador , una empresa que ha perfeccionado el concepto de eficiencia Just In Time, un método que minimiza desperdicios y maximiza la productividad. Toyota ha sido líder en la mejora continua, una filosofía japonesa que optimiza cada aspecto de la cadena de producción, desde la gestión de inventarios hasta la calidad final del producto.
-11.300.000 vehículos / 375.235 trabajadores
-9.240.000 vehículos / 684.000 trabajadores
-1.808.000 vehículos / 140.473 trabajadores
Por otro lado, Tesla, que ha irrumpido en la industria con un enfoque disruptivo, también supera a Volkswagen en términos de eficiencia operativa. Aunque aún no disponemos de un ratio exacto de vehículos por trabajador para Tesla 12.8 vehículos por trabajador (las divisiones de IA, energia e.t.c. merman el ratio), sabemos que su uso de espacio en fábricas es mucho más eficiente. Según fuentes especializadas como WorldStocks o Emerito Quintana y si, digo especializadas porque inversores que entienden los fundamentos de una empresa y su industria saben más de ella que quizás sus propio directivos ensimismados en mantener el estatus quo, Tesla utiliza considerablemente menos metros cuadrados de fábrica por vehículo producido en comparación con Volkswagen.
Volkswagen en Wolfsburgo fábrica de 6,5 km² se producen entre 900.000 y 1 millón de vehículos anualmente.
Volkswagen es capaz de producir aproximadamente 146.154 coches por km² en su fábrica de Wolfsburgo.
Tesla en Shanghái produce alrededor de 950,000 coches en 0.86 km². Esto significa que son capaces de producir aproximadamente 1,104,651 coches por km².
En otras palabras, la superficie de una fábrica de Tesla es 7,56 veces más eficiente que una tradicional.
Fuente: WorldStoks Tesis de Tesla 3/3
Esta diferencia en la densidad de producción es un claro indicador de la agilidad y eficiencia en los procesos de Tesla, lo que le permite mantener costes estructurales más bajos y ser más competitivo en precios y márgenes de beneficio.
Sin embargo, la ventaja de Tesla no se limita únicamente a la eficiencia operativa. Su misión y visión están centradas en crear valor y trasladarlo a largo plazo a sus clientes, un concepto que guía todas sus decisiones estratégicas. La capacidad de Tesla para mejorar procesos de manera rápida, sencilla y resolver problemas con agilidad ha sido un factor clave en su éxito. Esto le ha permitido escalar rápidamente, optimizar sus economías de escala y reducir costes de producción de forma significativa.
Gracias a estas mejoras, Tesla puede bajar precios sin comprometer la calidad ni los márgenes, trasladando directamente esa mejora de costes a sus clientes. Este enfoque no solo le permite vender más vehículos, sino que también ofrece una experiencia más satisfactoria para el cliente final. A medida que Tesla optimiza cada vez más sus procesos, las empresas tradicionales como Volkswagen encuentran cada vez más difícil competir en precio y calidad, pues además la estructura en la toma de decisiones e implementación de soluciones es lenta, lo que acelera el posicionamiento de otras marcas.
La consecuencia de esta situación es que muchos competidores no son capaces de alcanzar los márgenes por unidad vendida que Tesla genera ya no en EV si no en el sector automotriz. Esto obliga a las marcas tradicionales como Volkswagen a vender vehículos a pérdidas o a comprometer otras áreas de su negocio para intentar mantener su cuota de mercado. A largo plazo, esto destruye valor para los accionistas de esas empresas, ya que comprometen su estructura "Core" mientras Tesla sigue generando valor tanto para sus clientes como para sus inversores, lo que le permite continuar dominando el mercado y creando un enorme MOAT con el que pocos pueden competir.
Además, hay que destacar la irrupción de las marcas chinas en el mercado Europeo, dominado en su día por el diésel y las compañías europeas, que en el giro argumental hacia el EV por normativa, han sabido usar la táctica del caballo de Troya para dejar entrar a la industria europea a su mercado, a cambio de aprender y ahora implementar ese conocimiento en saturar el mercado europeo mejorando el producto interno, una jugada brillante.
Conclusión: ¿Puede Volkswagen reinventarse para sobrevivir en la nueva era automotriz?
Volkswagen se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia: adaptarse a un mercado en plena transformación o quedar relegada por competidores más ágiles. La falta de innovación disruptiva, la menor eficiencia operativa y la incapacidad para centrarse en el cliente han llevado a este gigante automotriz a una posición vulnerable. Mientras tanto, empresas como Tesla y Toyota han optimizado sus procesos y se han centrado en crear valor a largo plazo, no solo para sus accionistas, sino también para sus clientes. Además, junto a la nueva hornada de marcas chinas se hace difícil ver un futuro brillante para la marca alemana.
La cuestión es si Volkswagen será capaz de reinventarse antes de que sea demasiado tarde. En una industria donde la innovación y la eficiencia son la clave para la supervivencia, los que no logren adaptarse corren el riesgo de ser superados por competidores que ya están marcando el camino hacia el futuro.
Para mí, estamos empezando a ver lo mismo que pasó con Nokia, Kodak o BlockBuster en su día, estamos asistiendo al cambio paradigma de un producto tradicional a una evolución superior.
Nokia no supo ver que un móvil seria un SmartPhone, Kodak no pudo relanzar su negocio para ver que la digitalización de la fotografía era el futuro y BlockBuster rechazo la idea y a los creadores del concepto del Streaming.
Y a mi modo de ver, Volkswagen no ha sabido ver que la nueva movilidad es más que un coche seguro y eficiente que nos lleva del punto A al B. Es una amalgama de todos los conceptos anteriores, digitalización, streaming, inteligencia e.t.c. aplicados a un nuevo formato de vehículos inteligentes que ofrecen mas que los tradicionales.
Tesla supo verlo, anticiparlo, crearlo, y marcar la hoja de ruta, los chinos supieron adaptarse rápido y los europeos tratamos de regular el mercado sin saber si estábamos preparados para satisfacerlo.
Estamos asistiendo a un nuevo paradigma en esta industria, la competencia salvaje llega para quedarse.
Espero que Stellantis esté tomando ejemplo y vea a los chinos venir por el rabillo del ojo a pelear cuota de mercado del segmento medio-bajo.
Espero que os haya servido de interés.
MikeCAGR